una sonrisa pende
de tu ausencia
cabalga el nosotros
su hambre primeriza
la bodega evade
las pesadillas de orilla
la verdad se descubre huérfana
en la confesión del Padre
cae la sonrisa
sólo queda tu ausencia
13 VIII 07
DC
domingo, agosto 26, 2007
lunes, agosto 20, 2007
miércoles, agosto 15, 2007
Australia Rowing
Nos encontramos.
El secreto victoriano
marca mis pasos.
Tus cuatros lustros
ilustran este
suspiro frustrado.
Sólo queda trazar
tu silueta amarilla
y buscar el acomodo
de tu Olvido.
El secreto victoriano
marca mis pasos.
Tus cuatros lustros
ilustran este
suspiro frustrado.
Sólo queda trazar
tu silueta amarilla
y buscar el acomodo
de tu Olvido.
miércoles, agosto 08, 2007
Pequeñeto
Un cofre amarillo
espera mi regreso
allá en la colina.
Todo el mundo se ha ido.
Anochece. El sino
embrujado de un beso
mi alma ilumina
hoy, sin que haya sido.
¿Cabrá en mi regazo
un último intento
de brotar en pedazos?
Cierro el cofre, lento,
– absurdo retraso -
total, sé que miento.
espera mi regreso
allá en la colina.
Todo el mundo se ha ido.
Anochece. El sino
embrujado de un beso
mi alma ilumina
hoy, sin que haya sido.
¿Cabrá en mi regazo
un último intento
de brotar en pedazos?
Cierro el cofre, lento,
– absurdo retraso -
total, sé que miento.
jueves, agosto 02, 2007
Vestigio solemne de un lunes cualquiera
Agradecí aquel día en que engrandecidos
dijimos adiós a nuestra niñez.
Poco le importó a Dios.
Con un sello de humo sangriento
marcamos el paso acelerado
del deseo, y del mar que amo.
Hoy vienes a mi perdida
en tu pérdida de estrellas,
de soles solitarios,
de Lunas licensiosas en el silencio…
Agradezco aquella noche
en que crezco hasta la locura
que me libera del Olvido.
Y vivo hasta el duelo siguiente, silente…
Ser importado, poco te importa
ya la susodicha gracia del agradecido.
Y en la lumbre silvestre
de un verso a sangre fría,
inmolaré tu nombre hasta
tenerte, empequeñecida, eterna.
dijimos adiós a nuestra niñez.
Poco le importó a Dios.
Con un sello de humo sangriento
marcamos el paso acelerado
del deseo, y del mar que amo.
Hoy vienes a mi perdida
en tu pérdida de estrellas,
de soles solitarios,
de Lunas licensiosas en el silencio…
Agradezco aquella noche
en que crezco hasta la locura
que me libera del Olvido.
Y vivo hasta el duelo siguiente, silente…
Ser importado, poco te importa
ya la susodicha gracia del agradecido.
Y en la lumbre silvestre
de un verso a sangre fría,
inmolaré tu nombre hasta
tenerte, empequeñecida, eterna.
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