¡Y si se hubiese cegado
la vida en un último
intento de fundar vestigios!
¡Si sólo la avaricia
se adueñara de su bondad!
Entonces impondrían
impuestos a la desdicha
de no haber conocido
algún segundo
que se fuga
entre tu eternidad.
domingo, febrero 24, 2008
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