jueves, diciembre 28, 2006

A un olvido iluso

Dices que has olvidado hasta el recuerdo…
Ese momento fugaz en que sólo sabes de ausencia
palpita en mi rostro, como un golpe de inercia,
que me lleva sangrando al patíbulo en que nací.

Hoy, recuerdo tu olvido como ese abrazo tierno
en que concubimos estas ganas de matar
esas ganas de vivir, con la frente amanecida
y, el sol supurando distancias sobre el Destino.

Dejaré mañana de conjurar el intento
de escandir esta memoria escaldada
que, maltrecha, persigue emularnos
por toda la longitud del diccionario.

lunes, diciembre 18, 2006

Des(a)tino

Basta.

No me preguntes
si el Olvido perdió
su sombra.

Tampoco si la Sombra
adormecerá al vacío.

O si el Vacío relató
su historia cernida
en un cronóstico.

Cuando los pasos perdidos
amordacen
nuestras siluetas inconclusas
(desde cualquier orilla),
nos sorprenderá
el hábito inútil
de ser Nada.

jueves, diciembre 07, 2006

Cronoscopía del alegato

Entonces
hubo palabras omnívoras,
endógenas, protozoarias,
vertebrales rondando
la primigenia crónica
de un resto ilusionado.

Luego,
esdrujulaciones subjuntivas,
pleonasmoríos, pluscuamperfecciones
y hasta algún septongo ocasional
sandunguearon la cierta
incertidumbre de los mañanas.

Al fin,

remanece la sombra,
la huella,
el Destino,
el vacío.

domingo, noviembre 26, 2006

El minotauro alado

Volaba sobre la planicie efímera de sueños y brumosidad. Llevaba sobre sus hombros peludos la pelada tristeza de su ser. Vírgenes y mártires no saciaban su sed perdida en laberínticas puñaladas tejidas en eternidad. Volaba. Sobre la efímera planicie de sueños brumosos. Pelaba sobre sus hombros la tristeza de su ser peludo. Volaba en círculos, como costumbre de engañosa rigidez ilusoria. Un bramido cubre la distancia y lentamente posa su pezuña sobre la brumosa planicie de sus sueños efímeros. Cargando sobre sus tristes hombros peludos la pelambrera de su ser.
Camina paso a paso, adelantando hendidos pies por la brumosidad somnífera que exhala de sus bestiales belfos vestidos de humana sordidez. Sordo a su propio suplicio enmarañado, vuelve la mirada buscona de héroes, o de llantos. Sintió en sus sórdidos belfos humanos la bestialidad somnífera que exhala de sus pies vestidos por la bruma. Mira sus alas enaltecido. Mártires vírgenes tejían con ellas su eterna sed de puñal en laberintos perdidos donde sólo él solía bramar. En círculos sempiternos, con el falo erguido, se acerca a la piedra bruñida donde descansa y le espera.
Gota a gota supura su deseo deslizante, brota en estertóreo suplicio continuo, suplicante. Deja un rastro humedecido a lo largo de su peludo cuerpo alargado que vierte un olor a salado discurso prístino y señala altivamente hacia adelante. Criatura onírica que camina por el laberinto eterno con el peludo falo extendido adueñándose del humedecido miedo a morir con su discurso estertóreo deslizado a lo largo del rastro prístino que altivamente vierte. Le espera. Rodillas y manos al suelo. Como virgen suplicante, o como mártir en suplicio. El minotauro extiende sus alas y brazos y brama en señal de conquista.
Suplica suplicio eterno. Rodillas y manos al suelo, yergue su ofrenda virgen para el martirio. Le late el roto ritual, de miedo o de espera. Una gota de sudor salado brota y baja alargándose en su camino al pozo suplicante del suplicio esperado. Posa una mano sobre sus caderas elevadas y abre victorioso la urna palpitante de miedo, o de vida. Espera con miedo el ritual con un latido roto. Roza con sus dedos animales la gota de sudor y la esparce en círculos concéntricos que laten al unísono, gota, dedo, falo animal, roto latente del rito esperado.
El falo infalible señala su camino hacia delante, con su gota colgante que se desliza y alarga sórdidamente sobre el espacio extendido entre él y su premio. Con la otra mano lo agarra lo estira lo exprime de su sórdida gota colgante y lo dirige sin prisa hacia su destino suplicante. Late el puñal escondido en su pecho, de miedo o súplica. El hilo salvador palpita a su vista. Sólo voltearse una vez más con su puñal certero y matar aquella bestia humana, aquel falo infalible que lo señala y martiriza con inmaginados suplicios insufribles, y salir de su laberinto erguido una vez más, con el falo cercenado en una mano, el puñal sangriento en otra y el corazón palpitando una súplica eterna. Late el puñal escondido en su pecho, suplicando cortar una vez más este martirio que se repite cada noche, cada día, cada hora, y salir triunfante ensangrentado con su propia sangre, bañarse en ella, restregar por su cuerpo alargado el falo cortado que supura sangre adormecida hasta vivir nuevamente y entrar al laberinto enmarañado de sus sueños y sobre la piedra bruñida esperar al minotauro alado de rodillas y manos al suelo, con un puñal latente en el pecho, suplicando alivio a este suplicio eterno, cada noche, cada día, cada hora.
Sin volverse, agarra el puñal palpitante en su pecho, volver a cortar, a matar esa cabeza taurina que ahora exhala sobre su espalda su tibio resoplo animal. De sus belfos humanos escapa un hilo salivoso (y mira en este instante su propio hilo tendido en el suelo, su camino a la salida victoriosa) y salado que cae sobre él, sobre el camino hendido que conduce certero hacia el roto que late al compás de un puñal escondido en el pecho. Llega el falo ominoso hasta la entrada falible, impenetrable. Se posa, descansa levemente y la gota colgante se mezcla con el sudor salado y el hilo salivoso que baja certero por su camino escondido.
Aprieta su puñal listo a cercenar, a matar una vez más ese minotauro alado y salir victorioso de otro laberinto siguiendo el hilo tendido con el puñal ensangrentado y el falo colgante y bañarse en su sangre palpitante, restregarse en entrega falible sangre animal, sangre que nace de su sangre, falo sangrado falo ensangrentado falo sangrante. Y volver a soñar que estás en un laberinto soñado esperando de rodillas y manos, como virgen en suplicio o como mártir suplicante. Sentir una vez más la fuerza que late del falo posado en tu súplica, en tu suplicio. Saber que el minotauro vuela con tus alas y nace de tu sangre, de la sangre vertida de su falo cercenado por tu puñal escondido, vez tras vez, infalible su falo retorna de tu falo a la muerte continua que le das, que te das. Mueres y te bañas en tu sangre, su sangre que brota estertórea del falo cortado en tu mano. Sientes por tus venas la fuerza que late de su falo, la súplica de tu suplicio eterno y sabes que volverá a nacer de ella, que el minotauro que sueña soy yo, y de mi sangre nace mi suplicio que suplica y la única forma de morir es matarla. Y la única forma de matarla es vivir con ella.
Agarra el puñal con la misma fuerza con que late su falo, tu falo, mi falo. Posado sobre la entrada falible, impenetrable, palpitando al unísono en espera de un ritual roto, o de un roto ritual. Empuja certero su entrada triunfante y cede el roto al rito esperado. Desliza suavemente su largo alargado y siente, sientes, siento el suplicio iniciado de mi muerte, tu muerte, su muerte. Aprieta, aprietas, aprieto el puñal escondido en mi pecho y me dejo poseer de mi falo, tu falo, su falo entrando en ese cuerpo rendido en medio del laberinto soñado de un minotauro alado. Siente, sientes, siento su resoplido tibio sobre la espalda y lentamente arropa con sus alas encarnadas ese cuerpo moribundo que posee, posees, poseo hasta morir. Agarro, agarras, agarra el puñal con fuerza mortecina y descubre, descubres, descubro su falo, tu falo, mi falo agarrado en mi pecho y con un bramido exploto, explotas, explota su cuerpo tendido en medio del laberinto soñado.
Y sigue, sigues, sigo el hilo húmedo que brota de él, hacia la brumosa salida donde me espera, te espera, le espera una doncella ensimismada en sueños de impenetrable ritual roto, un minotauro que extiende sus alas, y sale bramando de su laberinto.

miércoles, noviembre 01, 2006

Receta de la inmobilidad

Tome 2 cuartillos de nada,
mézclelos concienzudamente
con el aire que respire en su
mano izquierda. Mientras tanto,
ubique una esquina donde
pueda retozar el silencio
que se vaya produciendo.
A fuego bajo, o bajo fuego,
derrita lenta y sórdida toda
capacidad de juego. Vierta
sobre un molde de tierra y
sirva cuando muera.

lunes, octubre 09, 2006

Tema para una canción de Olvido

Recuerdo tu ausencia
deslizarse suavemente
a través de mi oreja
sangrante de rojo Olvido.

Y la premura con que
aborrezco esta presencia
sangrante revive tu
muerte hasta sacudirme
una vez más,
que no estás,
aunque te nombre
el Olvido.

sábado, septiembre 16, 2006

Mi círculo

Bueno, ya le llevaré algún regalito a Flegias.

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The Dante's Inferno Test has banished you to the Seventh Level of Hell!
Here is how you matched up against all the levels:

LevelScore
Purgatory (Repenting Believers)Very Low
Level 1 - Limbo (Virtuous Non-Believers)Very Low
Level 2 (Lustful)Very High
Level 3 (Gluttonous)Very High
Level 4 (Prodigal and Avaricious)High
Level 5 (Wrathful and Gloomy)Very High
Level 6 - The City of Dis (Heretics)Very High
Level 7 (Violent)Very High
Level 8- the Malebolge (Fraudulent, Malicious, Panderers)Very High
Level 9 - Cocytus (Treacherous)Low


Take the Dante's Inferno Hell Test

martes, agosto 29, 2006

Conversación con pared

Hace algún tiempo que me ronda la cabeza escribir sobre las habladurías que he tenido con varias paredes. No ría prematura mente. Puede, no, debe considerarse todo un honor que una pared decida entablar conversación. Después de todo, no es poco el trabajo que conlleva desconcentrarse de pinturas, cuadros, fotos y demás estropajos que estoicamente soporta(n/mos). A lo que iba.

Hablaba sobre mis paredes.

Tuve una pared en Beijing con quién compartía gustos musicales. Especial mente en esas mañanas de hangover cuando el CD player repetía la misma canción hora tras hora. Me sentaba en el sofá de mi biblioteca, ubicuamente ubicado sobre la pared del fondo, la pared. Mientras sorbía galones de té de jazmín discutíamos el rol de la música en la vida vagamundi:

"En un lugar desierto creí morir de sed
y un animal preñado de luz me dió de beber..."


Con otra pared en Roma discursaba sobre la diacronía políglota de la eternidad. Creo que fue con las vestales, en una callejuela detrás del Panteón y varias garrafas de vino bianco. ¡Qué ingenuos éramos, brindando esa tarde a nombre del Olvido! ¡Si sólo hubiéramos sospechado entonces! Habría cavado discretamente la tumba al beso que llevaba dormido entre mis pasos y tallado su epitafio sobre algún pedazo de Sombra treviana. Me lo explicó Pancho un poco más tarde:
"...a veces la vida,
nos lleva hasta la locura
y solo nos salva
el amor y el milagro
aunque algun pedazo
nos queda en la duda..."


Fue en Atenas donde una pared marcaba el periplo agónico que lleva a la Nada. Radiohead repetía en ese entonces un aullido sonámbulo a campo traviesa. Días enteros devoraban el Silencio nocturno previo al después. Sólo quedan algunos vestigios
"But I'm a creep, I'm a weirdo.
What the hell am I doing here?.
I don't belong here"
Henos aquí, tú y yo de nuevo, frente a frente. Hace años hablábamos de quizáses. Hoy he traido al Tego para que enuncie desaforadamente:
"Yo no tengo ná
Solo esta letra encabroná
Y la capacidad de no creer en tu verdad"
Quién lo diría. Tanto eco guardado entre cuatro paredes.

viernes, agosto 18, 2006

Dos versiones

Honestamente, no sé con cuál de estas dos versiones quedarme. A ver si alguna se autosuicida por motus propio.
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¿A quién? (original)

Si la sombra siempre
gira a la izquierda,

si el silencio
retuerce cada ver,

si al despertar soñamos
con las esperas nocturnas,

o al morir hablamos
de lo que fuera posible,

si a lo lejos descubres
la sonrisa asesina

y mientras caminas
huyen las sombras,

si el hoy le pontifica
al ayer en agonía de mañana,

si el cliché se eterniza
siempre en los bordes

(aunque a veces bromea
contiguo a las puertas
),

si la luz duerme
en el regazo del hastío,

y la penumbra oscila
entre tus rodillas,

y en mi pecho
ruge lo incierto,

dime,

¿a quién mentimos?


*******************

¿A quién? (revisión)

La sombra siempre
gira a la izquierda,

porque en silencio
retuerce cada ver.

Al despertar soñamos
con las esperas nocturnas,

pero al morir hablamos
de lo que fuera posible.

A lo lejos descubres
la sonrisa asesina

y mientras caminas
huyen las sombras.

El hoy le pontifica al
ayer en agonía de mañana.

El cliché se eterniza
siempre en los bordes

(
aunque a veces bromea
contiguo a las puertas
).

Si la luz duerme
en el regazo del hastío,

y la penumbra oscila
entre tus rodillas,

y en mi pecho
ruge lo incierto,

dime,

¿a quién mentimos?

miércoles, agosto 02, 2006

Mis 7 pecados

De acuerdo con el quizz que tomé aquí así luce mi pecadografía:


Greed:High
Gluttony:Very High
Wrath:Medium
Sloth:High
Envy:Medium
Lust:High
Pride:Very Low


Take the Seven Deadly Sins Quiz

Quién lo diría, me voy al infierno por glotón.

viernes, julio 07, 2006

jueves, junio 29, 2006

Ballet de los separados

La niña reduce sus ojos
en la oscuridad que la ahoga.

Muere.

El eco eléctrico
de su nombre invade
el silencio paternal.

Agonía.

Respiran sus ojos
el alivio desesperado
de quién reconoce.

Despierto.

jueves, mayo 11, 2006

Anatomía de un presagio

Sentado junto a
mi diestra, exhumo
el Silencio que yace
entre los pliegues
de tus huellas.

bostezo y mirada
se cuelan entre
los dedos


Comprendo,
retozamos con él,
vacío,
cada vez que, danzando
con estas sombras,
trazamos nuestros nombres.

jueves, mayo 04, 2006

Subjuntivización apologética del Olvido

Quisiera agudizar esta
sentencia inconclusa;
armonizar el destello
breve entre tus pechos;
desenmascarar la jauría
que alquilas en tu vientre;
desempolvar el escueto
registro de tus pasos;
vampirizar esa sombra
que acompaña tu huella;
en fin, cualquier excusa
es buena cuando se
veinticuatrorizan
algunas noches adheridas
al torrente tibio del Olvido.

lunes, abril 17, 2006

Conjuro atómico

Harakiricemos el momento
preciso de tu convalescencia.
Dinamitemos de antemano
el deseo inaudito de llamarnos
por nuestros nombres.

Encabecemos, de una
vez y por todas,
el acto supremo
en que nos convertimos
en Otro,
al olvidar el remordimiento
de vivir al unísono.
Como dos calaveras
sonrientes.

sábado, abril 08, 2006

El regalo del mar

Cierta noche de luna paseábamos mi soledad, mi tristeza y yo, por una playa acariciada por las olas tranquilas de un mar oscuro. Nos sentamos en la blanca arena a contemplar el reflejo de la Luna en el negro espejo marino buscando el horizonte, oteando la distancia. Sólo un ritmo rompía el silencio entre nosotros y la Nada nocturna. Mi tristeza callaba, rezando con sólo un movimiento de labios oraciones a dioses olvidados. Mi soledad miraba el baile eterno de los espíritus que flotan en el mar y, yo, aspiraba el aire frío de la noche, sin prisa, suavemente.

Una doncella de blancas manos nos ofrece un regalo de su padre el mar. Deposita a mis pies una botella tallada en un rojo rubí. Servíale de corcho una perla que cantaba melodías de sirena. Encantado, tomé la botella y la destapé. Las notas de nácar puro cayeron bruscamente a la arena, dueñas ahora de un peso misterioso. El baile eterno de los espíritus marinos cesó de repente, como si una brisa de fría muerte hubiese acariciado sus mejillas. La última nota de nácar que cae sobre la blanca arena poco a poco cobra movimiento, forma. En un suspiro de agua que brota de la garganta de una ninfa y con el sonido de una gota de lluvia que cae sobre una espalda desnuda nace, casi como flor silvestre, la figura imponente de un genio con cuerpo de aire, corazón de agua y voz de fuego.

Condujo su nacimiento en una sinfonía de colores etéreos, casi como su padre el mar y su madre la brisa. Casi con una sonrisa nos concede un deseo. Y mi tristeza deseó que su voz se escuchara a través de las edades, vidas y hombres que existieran y el genio movió su cabeza y encerró a mi tristeza en un caracol marino, donde su grito pudiera oirse eternamente.Y yo deseé nubes de carmín en espacios abiertos, y el genio sacudió su cabeza y me convirtió en una gaviota asustada y varada en la desolación de una tormenta marina. Y mi soledad deseó, tan solo, su razón de existir. El genio bajó su cabeza y fueron marchitándose sus colores, encogiendo su cuerpo y secando el corazón. Al final sólo queda un gusano arrastrándose por la arena. Mi soledad lo coge entre dos dedos y lo echa en su boca. Y mientras observa masticando la salida del sol en el horizonte marino, una lágrima resbala por su mejilla, sola.

lunes, abril 03, 2006

Poema del instante sin Destino

Caminas con abandono siniestro
amortiguando en Silencio
esta espera esculpida
en mi regazo.

Las miradas se rozan
antes de caer al suelo...

en ese instante
flama irredenta
la Eternidad

lunes, marzo 20, 2006

A un fumador de esperas

Esperas mi desespero
en desidia casi eterna
sangrando humo.

En roja avidez llevadera
conduces a mi Destino.

Te advierto, adviertes,
desde esta vitrina de cafeína
donde trato,
inútil
mente,
de llevarte, aunque sea por un instante,
a la guarida donde
escondo mi Olvido.


Beijing, 2003

viernes, marzo 03, 2006

Despedida a una madre (2006)

Mami:

Otro año que engorda tu ausencia. Y aquí sigo, enflaqueciendo ese Silencio que tanto me ha amordazado. Hace siete años que hablo con todos y tú no me escuchas. Siete años que repito a gritos este adiós mudo que se quedó conmigo. Siete intentos, setenta veces siete.

Hoy tengo a mi hija en mis brazos y tu ausencia en el pecho.

Te quedaste con las ganas de conocerla. Tantas veces que la deseaste en voz alta, y hasta (sospecho) le cosiste un par de trajecitos azules. Sé que ella te hubiera hecho feliz. Que hubieras viajado hasta el fin del mundo con tal de tenerla en tus brazos, aunque hubieras tenido que arrastrar a la familia buscando zapatos cómodos. También sé que te hubiera sonreído. Mucho.

¿De qué hablo? De nuevo un año que paso sin ti, de un nuevo año que comienzo con ella.

Que más puedo decirte, mami, se llama Inarú Isabel Beatriz y es hermosa. Le hablo de ti. Y me sonríe.

Adal, con siete remesas de quizáses
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Hola,

Tal vez te extrañe esta carta. Ya te veo frunciendo el entrecejo mientras te acomodas los lentes sobre tu sonrisa. Sí, ya sé, el eterno comentario sobre tus ojos que ya no ven y que terminarán comiéndose los cuervos que criaste. Aprovechas mi silencio para preguntarme si ya comí, te contesto evasivo que sí adelantándome a tu qué comiste un arroz de sobrecito con pollo sancochao. Y me dices que en el friser hay garbanzos con patitas que me guardaste de antier. Te digo que está bien, y callo por no herirte que no pude comerme los garbanzos que me dejaste en el friser. Tampoco te digo que no he vuelto a comerlos porque son malos para el corazón. Sé que hay muchas cosas que nunca te dije. A veces me arrepiento. Aprovechas para preguntarme si estoy buscando de dios, que tengo que vivir la Palabra si quiero ser salvo. No me creerás si te dijera que nunca he dejado de buscarlo y que siempre intento vivirla. Supongo que heredé de ti más de lo que es posible.

Hace años que sueño contigo a diario. Tal vez por eso no dejaste que te dijera adiós. Testaruda que eres. Muchos son los días en que sólo quiero acostarme a tu lado. Tal vez por eso duermo poco y ando mucho. Testarudo que soy. Pocos son los días en que no dejo de no verte aferrada a mi sombra. Tal vez por eso esta perseverancia de ad- herirnos simultánea- mente a nuestros olvidos. Testarudos que somos.

Mami, ya sé que tus ojos ya no ven como antes, y que los cuervos que criaste los digieren. Sólo queria decirte que me acompaña tu ausencia cada día, cada hora. Que ya no como garbanzos con patitas porque los que me dejaste en el friser sólo saben al entierro donde guardas tu adiós. Y que, aunque no me creas, trato de vivir la Palabra y sigo buscando a dios sin lograr salvarme. Mientras, sueño el momento en que por fin, me acuesten a tu lado.

Te extraño,

Adal, desde el sexto aniversario de tu muerte


Date: Thu, 03 Mar 2005 08:53:46 -0000From: Subject: Fwd: Despedida a una Madre

Saludos,

Sé que he estado desconectado un tiempo, y tal vez no sea propicio re iniciar mis embelecos con esto. Pero hay un algo que me empuja inexorablemente a golpear estas teclas con hastío. Tras tanto tiempo aprendiendo a ser nadie me he dado cuanta de lo mucho que cuesta pensar que con tan sólo una Palabra me hubiera bastado hundirme en su regazo y dormiren paz. Hoy sé, creo saberlo, que ciertas palabras debieran proscribirse de los diccionarios, aunque con ello corramos el riesgo de retozar enuna quimérica esperanza, mientras el mundo agoniza a nuestro lado. Le digo adiós ante uds, ya que nunca pude dejarle un beso en su mejilla de nácar. Que tengan una hermosa vida.

Adal, arrancando las paginas del Olvido


Hola,Hoy se cumple el 4to aniversario de la muerte de mi madre. He cruzado 3 continentes desde entonces, y todavía me acompaña ese vacío que me dejó. Golpeo estas teclas con hastío. Quisiera abrir la ventana y arrojar palabras a la calle con la esperanza, patética tal vez, de golpear a muerte ese silencio contínuo y malholiente que horada mis huesos. El mismo que me recibió aquella otra noche hace 4 años. Quisiera, que sé era. En fin, hoy le digo adiós ante ustedes, porque nunca se lo pude decir a ella. Que tengan una hermosa vida.

Adal, con el dolor amurallado


Subject: Fwd: Despedida a una Madre

Hola, sé que he estado desconectado desde hace bastante tiempo, y este tipo de ritual tal vez no sea el apropiado para re iniciar esta conversación entre las teclas y mis dedos que me impuesto en solitaria penitencia. Pero a veces el rito devora a la razón como el espejo aun espejismo de lados oblicuos y puntiagudos. Hace casi 3 semanas se cumplió el 3er aniversario de la partida de quien me enseñara La Palabra. Claro que su Palabra y la mía contrapuntean los altos y bajos de una esperanza patética que nos devuelve a la irrealidad vivida por quienes decidimos, de una forma u otra, beber de esa fuente obstusa que es el pensar unquizás, un tal vez, un quisiera. Y mi Palabra repite la suya en negaciones sempiternas y cosmocionales. Afirmando lo que ya sabemos que ignoramos. Una Palabra, una sola me separa de ella, y sigo escupiendo diccionarios a mansalva con la fe de que algún día alguna página manchada con mi vacío llegue a sus venas y las llene de todo lo que se llevó. Mientras tanto, quedo aquí frente a esta pantalla con un saco lleno de soledad, con la única Palabra que no pude decir: adiós. Que tengan unahermosa vida.

Adal, con un adiós a cuestas

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Saludos, Hoy es el 2do aniversario de la partida de mi madre. Umbral de imposible olvido, de difícil recuerdo. Tal vez recordando caminamos esa distancia amarga que nos señala el olvido, u olvidando recordamos la distancia ínfima que nos une al recuerdo. Nada es más ambiguo que la palabra, dijera algún palabrero amigo. Nada es más ambiguo que el recuerdo de la voz que te enseñara esa primera palabra y muchas más, le respondo ambiguamente con esas mismas palabras ambiguas que aprendiera, hace tanto tiempo. Ahora, en la ambiguedad del recuerdo, comparto con ustedes esa última palabra que le dijera entonces, y que no pudo escuchar. No sé que me impulsaa hacerlo, tal vez la esperanza ambigua que de algún modo misterioso, el eco de mi adiós retumbe entre nosotros y llegue, como caricia primera, hasta ella. O tal vez sea sólo un ambiguo homenaje, hecho con loúnico que me queda, esa primera palabra que aprendiera de sus hoy lejanos labios. Que tengan una hermosa vida...

Adal, recordando despedidas ambiguas


Jelou!!!
Hoy se cumple el primer aniversario de la partida del ser que hizo de mí la persona que ustedes quieren, aman, extrañan, o más honestamente, detestan. No sé que cierto impulso animista me incita a hacerlo, pero he decidido re- enviar aquel mensaje de despedida que en aquella ocasión escribí, no para ella, que ya no puede leerlo, si no para ustedes. Tal vez crea (o sepa, o quiera creer), que de alguna incógnita manera, nuestras energías sumas llevarán el mensaje leve y quedo, mi mensaje de espera. Pórtense bien y que tengan una hermosa vida.

Adal, recordando despedidas

Saludos:
Quiero expresar mis mas sinceras gracias a todos/as aquellos/as que me hicieron llegar sus condolencias por la partida de mi madre. Es duro y doloroso saber que ya no estara alli en casa para recibirme cuando vaya, o que nadie me pelee por las loqueras que hago. Pero en fin, la muerte no es un final, si no un paso más, una etapa de una larga vida donde se termina una jornada y se prepara para otras. Quiero compartir con uds. mi despedida a ella. No pude llegar a tiempo al hospital para decirle hasta luego y darle las gracias por todo lo que hizo por mí, así que he decidido decir mi adiós para que el mundo lo lea. Nos leemos luego.

Adal

Despedida

Vi tu flor marchitarse lentamente y torné mi vista hacia el horizonte de piedra gris que nos envolvía. Llegué hasta ti sin ruido, como siempre, para no despertarte. Me sonreiste calladamente con tus brazos al pecho, tal y como dormías en noches sin luna. Te dije hola y respondiste con una primera mirada fría y lejana, como un adiós de buques fantasmas.

Toqué tus pies, fríos, enfermos, los mismos pies que te trajeron a mi mundo, con mis manos tibias de despedidas. Un pétalo se desprende de tus ojos y devuelve la pálida luz selena en un grito sosegado. Te miro dormir, y siento, me dices, que de alguna manera invertimos nuestros cuerpos.

Recuerdo un sueño lejano donde me abrazabas y reías mientras yo lloraba. Nada ha cambiado. Recuerdo tus recuerdos a pedazos y sin orden de recordar. Todo cambia. Tu flor despide un aroma nuevo y repugnante que intento olvidar en mis recuerdos. Te digo hasta luego, y solo tu fría sonrisa perenne y nueva me responde con un quizás, tal vez... yo sé.

(Este solo grito sosegado recorrerá el mundo y volverá a mí, en un eco lejano e íntimo, como el brillo quedo de un pétalo moribundo.)

Cuando despiertes de este sueño, madre mía, estaré abrazándote con mi risa en un jardín lleno de gardenias. Yo reiré con el olor de tu llanto, y tú llorarás porque tal vez recuerdes (sólo, tal vez), que de alguna manera, volvimos a invertir nuestros cuerpos...

Marzo 9, 1999

Que regreses con mucha paz.

"Hay una correspondencia fatal entre el cuento y la vida, entre el pasado y el destino, entre los poetas y los hombres, entre el amor y la muerte. Pero solo, tal vez. Nada es más ambiguo que la palabra. Ni siquiera los espejos. Y sin embargo sólo nos sirven las palabras como espejos de nuestros tiempos."
Manuel Ramos Otero "El cuento de la mujer del mar"

"Algunos hombres somos como tinta, y otros somos como papel. Y sino fuera por la negrura de unos, algunos seríamos mudos. Y si no fuerapor la blancura de unos, otros seríamos ciegos."
Khalil Gibran

lunes, febrero 27, 2006

Razones para derrocar al Silencio

La distinguida residente de Jurutungo Heights nos envía el siguiente comunicado.

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Razones para derrocar al Silencio
(Semblanza apologética del ludismo bucal)
Por: Jodet Dora

Si tu boquita fuera…
yo me la pasaría
....”
IC

Ese Quimbambeo de tus labios sagaces,
la orillita rítmica de la lentejuela postiza,
el aromático nautilus de tu procedencia,
la obesidad cerrera y amotinada
de ciertas ausencias inconclusas,
todos los fantasmeos cercanos al Oriente,
la malhablura sintética de los ministros,
la adobación en las noches siniestras,
las amonestaciones de la cesura senil,
el desarrollo precoz del cansancio,
los amuletos contra el Olvido,
los rituales para espantar al recuerdo,
las moralejas impertinentemente promiscuas,
los bordes cercenados a la diestra,
algunos dioses acomplejados post- mortem,
la fugacidad de las ideas fecundas,
la fecundidad de las ideas fugaces,
los excusados y sus inventos,
la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad,
la inherente inseguridad de los diccionarios,
las huellas dotadas de algún azar pasajero,
y el filimelismo ingenuo del beso abortado.

viernes, febrero 17, 2006

Lo que nos envejece

Escribí esto en Beijing hace varios años, al enterarme de la muerte de uno de mis amigos de la niñez. Lo dejo aquí hoy que siento unas ganas increíbles de regresar, antes de que la muerte me convierta en forastero en mi propio pueblo, o ante los ojos de mi hija.

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A Giovanni, Q.D.E.P.


Hay un momento indeterminado en nuestras vidas en que, así de repente, nos damos cuenta de que hemos crecido. En ese preciso instante miramos alrededor nuestro y decimos “contra, soy gente grande.” Contrario a lo que se pueda asumir, no es la primera experiencia sexual lo que nos inagura como adultos. Curiosamente, es la muerte.

Cada vez que la Pelona se lleva a alguien cercano a nosotros nos damos cuenta que el mundo, nuestro mundo, ese que nos ha acompañado desde niños, está cambiando. Ese universo que construimos en la niñez y, que pensamos eterno, va siendo devorado por el hambre del tiempo. Y es la muerte quién nos toca al hombro y nos lo deja saber. Comencé a tomar cierta conciencia de ello el día en que murió Pacheco.

Recuerdo ese día claramente. Salía de un engorroso laboratorio de Química Orgánica y me detuve a charlar con las personas que me dieron la noticia. Dije algo así como “caramba, se están muriendo los inmortales.” Y proseguí con mis labores colegiales. Esa noche, en la barra que solíamos frecuentar, me tocó el turno de ser el heraldo negro. Dí la noticia, y para mi asombro, el desconcierto se regó entre los presentes como palomas asustadas. Hubo desde chistes nerviosos, de esos que pretenden disimular incomodidad, hasta silencios y lágrimas. Fue entonces que supe que esa sensación indescifrable que sentíamos era miedo. Miedo porque de pronto reconocimos que la niñez nos abandonaba, y la adultez nos miraba con cara de múcaro. Un par de años más tarde, en el funeral de mi madre, volví a sentir esa misma sensacion de abandono.

Sentado sobre un panteón veía la procesión que cargaba su ataúd hasta el túmulo cubierto de flores. El eco de himnos mezclados con llantos me llegaba desde esa distancia que ahora, entonces, supe insondable. Todo fluía ante mí con la plasticidad de un cuadro daliano. Y de repente el llanto de un infante rompió el anonadamiento en que me había sumido mi incredulidad. A mi lado, lloraba un recién nacido, protestando a todo pulmón su absurda presencia en ese recinto de muerte. Su madre, cansada, posó la canasta que lo portaba sobre el panteón donde, curiosamente, yo presenciaba la escena extasiado. Y entonces ocurrió el golpe. Cesó el llanto. Por lo menos el del niño, porque el mío no pudo contenerse, al ver la magnífica simetría en que yo formaba parte. Una madre que llevaba a su hijo en una canasta al entierro de una madre llevada en un ataúd por su hijo. Y ambos, posados uno sobre el otro, sin poder presentirse. En esa ocasión abandoné el camposanto más alejado de mi niñez, de la mano de un futuro incierto como compañía. Hoy, la muerte me ha confirmado, una vez más, que estoy envejeciendo.

Una vida de nómada me ha alejado del mundo en que crecí. Las veces en que he regresado al barrio nativo han sido como respirar un viejo olor conocido. Inmutable. Sin embargo hoy, al abrir mi casilla de correo electrónico, he sentido ese mundo resquebrajarse al leer la noticia de que cuando regrese esta vez, habrá una ausencia esperándome en mi vieja calle. “Giovanni el Gordo ha muerto en estos días,” dice el escueto mensaje. En esta ocasión he mirado fijamente hacia el frente, mientras sentía que ese universo poblado de maldades que fue mi niñez era despojado de mi más fiel cómplice.

He acabado por aceptar lo inaudito. Al crecer, se destruye por autonomasia lo que hemos sido. Y sólo nos queda enfrentarnos a la vida con la desnudez que nos regala la muerte. Así, reconocemos que al fin de cuentas no es la Pelona quién nos deja abandonados, somos nosotros, en nuestra insensata insistencia en seguir caminando, quienes abandonamos lo que una vez fuimos. Hoy he comenzado a morir tranquilo. Giovanni, retorna en paz.

miércoles, febrero 15, 2006

Esa serena ironía

A veces me gusta jugar a ser sonetero. Este es uno de mis desafinos que ha sobrevivido al Olvido.

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Convivo la serena ironía
que me lleva a creer en el Destino,
sin poder prescindir el desatino
de buscar y perderme cada día.

Entre sombras que son de puro lino
escarbaré mi nombre al mediodía,
llevando el sueño y su melodía
les hablo de cipreses a los pinos.

Hoy quiero deshacer esta cordura
a escondidas, en el precipicio.
¡Que nadie dude! Este onanismo

donde vierto el silencio del principio
cuelga de las ventanas de mi cura:
ese placer de estar con uno mismo.

lunes, enero 30, 2006

Luchando por la fe

Recibí el siguiente emilio en estos días y se me revolcó el epididimo. Sé que el papel aguanta todo lo que se le escriba encima, y que no debería hacer caso de estas idioteces, pero es que el simple hecho de recibirlo implica que alguien, al menos una persona, se tomó la molestia de leerlo y considerarlo lo suficientemente convincente como para re- enviarlo. A menos que haya sido uno de esos seres que re- envían cualquier cosa sin pensar. Honestamente, no sé a quién temerle más.


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ALL of our current elected officials and high court judges need to be reminded of these writings and how and why we became the greatest nation.. It may require some of them to tell the atheists and anti-Christians to sit down and shut up.. Our next major battles to preserve this nation must start now...

WOW !!!!! HISTORY

Immediately after creating the Declaration of Independence, theContinental Congress voted to purchase and import 20,000 copies of Scripture for the people of this nation. Patrick Henry, who is calledthe firebrand of the American Revolution, is still remembered for his words, "Give me liberty or give me death"; but in current textbooks, the context of these words is omitted. Here is what he actually said:"An appeal to arms and the God of hosts is all that is left us. But we shall not fight our battle alone. There is a just God that presides over the destinies of nations. The battle, sir, is not to the strong alone. Is life so dear or peace so sweet as to be purchased at the price of chains and slavery? Forbid it Almighty God. I know not what course others may take, but as for me, give me liberty, or give me death." These sentences have been erased from our textbooks. Was Patrick Henry a Christian? The following year, 1776, he wrote this:"It cannot be emphasized too strongly or too often that this great Nation was founded not by religionists, but by Christians; not on religions, but on the Gospel of Jesus Christ. For that reason alone, people of other faiths have been afforded freedom of worship here." Consider these words that Thomas Jefferson wrote in the front of his well-worn Bible:"I am a real Christian, that is to say, a disciple of the doctrines of Jesus. I have little doubt that our whole country will soon be rallied to the unity of our creator." He was also the chairman of the American Bible Society, which he considered his highest and most important role. On July 4, 1821, President Adams said, "The highest glory of the American Revolution was this:"It connected in one indissoluble bond the principles of civil government with the principles of Christianity."Calvin Coolidge, our 30th President of the United States reaffirmed this truth when he wrote, "The foundations of our society and our government rest so much on the teachings of the Bible that it would be difficult to support them if faith in these teachings would cease to be practically universal in our country."In 1782, the United States Congress voted this resolution:"The Congress of the United States recommends and approves the Holy Bible for use in all schools." William Holmes McGuffey is the author of the McGuffey Reader, which was used for over 100 years in our public schools, with over 125 million copies sold, until it was stopped in 1963. President Lincoln called him the "Schoolmaster of the Nation." Listen to these words of Mr.McGuffey:"The Christian religion is the religion of our country. From it are derived our nation, on the character of God, on the great moral Governor of the universe. On its doctrines are founded the peculiarities of our free Institutions. From no source has the author drawn more conspicuously than from the sacred Scriptures. For all these extracts from the Bible, I make no apology."Of the first 108 universities founded in America, 106 were distinctly Christian, including the first, Harvard University, chartered in 1636. In the original Harvard Student Handbook, rule number 1 was that students seeking entrance must know Latin and Greek so that they could study the Scriptures:"Let every student be plainly instructed and earnestly pressed to consider well, the main end of his life and studies, is, to know God and Jesus Christ, which is eternal life, John 17:3; and therefore to lay Jesus Christ as the only foundation for our children to follow the moral principles of the Ten Commandments."James Madison, the primary author of the Constitution of the United States, said this:"We have staked the whole future of all our political constitutions upon the capacity of each of ourselves to govern ourselves according to the moral principles of the Ten Commandments."Most of what you read in this article has been erased from ourtextbooks. Revisionists have rewritten history to remove the truth about our country's Christian roots. You are encouraged to share this with others, so that the truth of our nation's history will be told. This information shared is only a drop of cement to help secure a foundation that is crumbling daily in a losing war that most of the country doesn't even know is raging on, in, and around them.

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Por lo menos me da tranquilidad saber que ellos están "perdiendo la guerra." Whatever that means.

domingo, enero 22, 2006

Monólogo de Lázaro frente a su tumba

¡Si la cama tragara mis dudas!

¡Si el silencio adormeciera mi cuna!

¡Si un aliento (a)divino dibujara
señales en esta pared vespertina!

¿Qué le diría(mos) a la sombra?

- Despierta.
- Anda.
- Enmudece.

martes, enero 17, 2006

Crónicas de Inarú

Damaris y yo hemos decidido empezar un blog conjunto sobre los entuertos de ser padres y las sorpresas que cada día nos da nuestra hija Inarú Isabel Beatriz. Pueden accesarlo en el siguiente enlace http://iibcg.blogspot.com/ .

sábado, enero 14, 2006

La cocina de Sartre

Rebuscando en el Aleph, encontré ésto que está de lo más interesante. Un libro de cocina que es al mismo tiempo un libro de filosofía, ¿o visceversa? Bueno, lo que importa es que de alguna forma se juntaron dos de mis placeres. Les recomiendo la cacerola de atún.

miércoles, enero 11, 2006

In God They Trust

Encontré esta mina de sabiduría de Pat Robertson y la derecha cristiana gringa el otro día y recordé un incidente que me sucedió no hace mucho en casa de uno de mis tíos. Me pregunta él si yo estaba asistiendo a la iglesia. Le dije que no.

- ¿Por qué? Mira que te criaste en el evangelio...

- Ya esas cosas no me interesan.

- ¡MUCHACHO, TU ESTAS MAL! ¡TIENES QUE BUSCAR DEL SEñOR!

- Bueno, yo trato de ser el mejor ser humano que puedo...

- ¡NO IMPORTA! ¡TIENES QUE IR A LA IGLESIA! Mira chico, es una pena que tú te criaras en los caminos del señor y te hayas olvidado de él. Estás bien mal, viviendo en pecado. Tienes que arrepentirte y volver a la iglesia porque.....

En este punto de la "conversación" lo único que escuchaba era "blah blah blah blah blah blah... " mientras pensaba que este mismo tío tan piadoso tiene un hijo preso por tráfico de armas y asesinato en primer grado. No sólo eso, sino que el otro día este primo llama a mi hermano desde su celular (enfatizo en que el tipo esta preso) para coordinar el arreglo del carro de su novia. Mi primo le dice a mi hermano que unas personas le llevarán las piezas y el dinero que necesite (vuelvo y digo que el tipo está preso por asesinato y tráfico de armas). A menos que tener celular sea un derecho penitenciario recién adquirido por los ñetas, no tengo la menor duda de que el susodicho primo está bichoteando elegantemente desde la cárcel. Y creo que se me olvidó decir que mi tío le está criando sus dos hijas gemelas, comprometiendose financieramente después que se jodió toda su vida para retirarse en paz. No sé, no sé.

No dije nada por aquello de no crear fricción entre este tío piadoso y mi padre. En el camino de regreso a casa le dije a mi padre: fíjate, yo nunca te he dado problemas con la ley, ni te he traido líos de faldas a casa. Mucho menos te he tirado nietos en la sala para que me los críes. He estudiado, trabajo, y todo lo que dices de mí lo dices con orgullo. Y este tipo se atreve a condenarme al infierno porque no voy a la iglesia, como su hijo.

Mi padre, con esa sabiduría espartana de hombre de campo sólo me respondió: para que tú veas.

lunes, enero 02, 2006

Al ver el paso del Tiempo...

Este "cuento" es parte de lo que intentó llegar a ser un libro de textos interconectados entre sí por la sola virtud de estar todos en la misma libreta y haber sido escritos con la misma tinta, hace como unos 14 años. Por suerte éste ha sido el único sobreviviente a la hecatombe del Tiempo. Y hablando del rey de Roma, aquí lo dejo como testigo de que, contra toda predicción yiyeavilista, toda vía estoy aquí.

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Soy una roca. Inmutable, inmóvil, imponente. He visto el paso lento de centurias sobre mí, una roca en una isla desierta. Una mañana de abril, la timidez de una florecilla surgió de la ladera de mi macizo cuerpo. La observé curioso, mientras los rayos del sol abrían lentamente sus pétalos como dedos de un niño jugando con el viento. La observé, sí, como se observa una lágrima en los ojos de un Coloso. Al mediodía sus pétalos eran arrastrados por el viento hacia los confines del mar. Sí, soy una roca milenaria. ¿Que cuando voy a morir? Tal vez cuando el tiempo detenga su marcha en un minuto incambiable, apocalíptico. Entonces yo fluiré, una masa viscosa primero, y luego, una corriente libre que cubrirá un mar petrificado y jugará entre las manos del viento convertidas en cristal.

Pero soy una roca. Y mi trabajo es ver el paso del tiempo. Una vez desperté de un largo sueño y sentí el tumulto de una selva sobre mi cuerpo. Animalejos me hacían cosquillas mientras corrían entre la hojarasca. Soy una roca. Y vi cómo los arbustos se hicieron árboles. Y vi los árboles beber la lluvia que antes corría por mi rostro. Hasta que no hubo más lluvia. Y vi los árboles caer, uno a uno. El viento bebió sus cenizas, hasta que sólo quedó una roca en una isla desierta.

Ya sabes que soy una roca. Quédate conmigo y te contaré lo que he visto mientras llega tu muerte. Entonces esperaré tu resurrección para seguir contandote las edades. Porque soy una roca, y mi trabajo es ver el paso del tiempo. . .