miércoles, enero 11, 2006

In God They Trust

Encontré esta mina de sabiduría de Pat Robertson y la derecha cristiana gringa el otro día y recordé un incidente que me sucedió no hace mucho en casa de uno de mis tíos. Me pregunta él si yo estaba asistiendo a la iglesia. Le dije que no.

- ¿Por qué? Mira que te criaste en el evangelio...

- Ya esas cosas no me interesan.

- ¡MUCHACHO, TU ESTAS MAL! ¡TIENES QUE BUSCAR DEL SEñOR!

- Bueno, yo trato de ser el mejor ser humano que puedo...

- ¡NO IMPORTA! ¡TIENES QUE IR A LA IGLESIA! Mira chico, es una pena que tú te criaras en los caminos del señor y te hayas olvidado de él. Estás bien mal, viviendo en pecado. Tienes que arrepentirte y volver a la iglesia porque.....

En este punto de la "conversación" lo único que escuchaba era "blah blah blah blah blah blah... " mientras pensaba que este mismo tío tan piadoso tiene un hijo preso por tráfico de armas y asesinato en primer grado. No sólo eso, sino que el otro día este primo llama a mi hermano desde su celular (enfatizo en que el tipo esta preso) para coordinar el arreglo del carro de su novia. Mi primo le dice a mi hermano que unas personas le llevarán las piezas y el dinero que necesite (vuelvo y digo que el tipo está preso por asesinato y tráfico de armas). A menos que tener celular sea un derecho penitenciario recién adquirido por los ñetas, no tengo la menor duda de que el susodicho primo está bichoteando elegantemente desde la cárcel. Y creo que se me olvidó decir que mi tío le está criando sus dos hijas gemelas, comprometiendose financieramente después que se jodió toda su vida para retirarse en paz. No sé, no sé.

No dije nada por aquello de no crear fricción entre este tío piadoso y mi padre. En el camino de regreso a casa le dije a mi padre: fíjate, yo nunca te he dado problemas con la ley, ni te he traido líos de faldas a casa. Mucho menos te he tirado nietos en la sala para que me los críes. He estudiado, trabajo, y todo lo que dices de mí lo dices con orgullo. Y este tipo se atreve a condenarme al infierno porque no voy a la iglesia, como su hijo.

Mi padre, con esa sabiduría espartana de hombre de campo sólo me respondió: para que tú veas.

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