Un cofre amarillo
espera mi regreso
allá en la colina.
Todo el mundo se ha ido.
Anochece. El sino
embrujado de un beso
mi alma ilumina
hoy, sin que haya sido.
¿Cabrá en mi regazo
un último intento
de brotar en pedazos?
Cierro el cofre, lento,
– absurdo retraso -
total, sé que miento.
miércoles, agosto 08, 2007
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