Repito: sigues en mis sueños. Esa insistencia de no repetir nuestra existencia. Esa misma. En que aprendimos a olvidarnos. Y lo olvidamos.
Siempre pretendo dormir.
En la mañana me pregunto si compartimos este café, cualquier café, y este viaje a la frontera de la inercia. Todos los ojos se amarran al papel que pregona vidas lejanas y nos separa del lado.
Anoche me acosté desnudo en tu cama. Pero ya tenías compañía. Vestidos. Acabo el café.
Pretendo despertar.
Sé que la mañana disipa esa blancura camino al Destino.
Cierro los ojos.
Pretendo quedarme dormido.
jueves, marzo 06, 2008
Carta a un ser de niebla
¿De qué habla?:
Carta,
El Destino,
El Olvido,
El sueño,
Prosa
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