viernes, junio 27, 2008

Happy Hour

Ahora que he encontrado tu reloj
colgando de la mejilla izquierda
de un solitario cascanueces,
dime por qué vereda vagamos
en silencio


¿Qué hora infame trastocará
el salvaje ensamblaje de
tu vieja pecera de mármol?
¿Qué tímida luz oscurecerá tu sombra?
¿Doblarás en dos, en cuatro, en
mil tu respiro pausado?


¿Venderás nuestra silueta recostada al alba?


Cuando sendas manos empequeñecidas
toquen a redoble su fuga fugaz,
detendrás el tiempo para mirar
el reloj (la hora) (el día) (la vida)
con los ojos cerrados al silencio.

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