martes, febrero 09, 2010

Delirios de Salomé

En el medio del camino se dibuja una figura antigua a paso de serpiente. Sé que debo temerle. No importa. Sé que debo tenerle.






Un aroma de frutas le precede.






Se forma el cosquilleo ventral, las uñas en la espalda, el sudor y el gemido. En medio del camino una fruta mordida cede.






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