martes, abril 29, 2008

El filo insignificante

Si tuviera un cuchillo nuevo
le sacaría filo a cada una de sus vértebras.
Guardaría la ilusión de su roce
en un charco de pétalos (desos amarillos)
que bordan el camino del silencio.


O tal vez, retaría esa noción innata
de maquillarnos con polvos escurridizos.


Seguramente, olvidaría la sombra
que llevo anexada a la espalda
y que crece en las tardes
cuando desnudo olvidos
hasta el amanecer.


Pero me he ido.


Y el recuerdo dese cuchillo nuevo
late en mis ojos,
como frontera
del tiempo.

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