lunes, septiembre 05, 2005

Al borde del desfile

Otra semana comienza su desfile. Otro arrebato de días intentará doblegar - infructuosamente- la codicia del Tiempo. Otra página de un calendario que terminará proféticamente en la basura. Mientras tanto nos vestimos con una sonrisa y un escalpelo recorre nuestros sueños.

Esta semana discutiremos en clase dos temas que están mórbidamente relacionados. Ambos gravitan sobre la identidad del ser. Uno de ellos trata sobre lo que nos caracteriza exclusivamente como humanos y el otro sobre qué somos. He advertido de su dualidad mórbida.

Creo que todo comienza con la conciencia del ser, con el statement Yo soy. No soy Descartes, pero no descarto el "Yo soy el que soy" portentoso con que Yhavé (Elohim, etc) iniciara tantos años de discordia. Hoy respondo Yo soy lo que soy.

No somos otra cosa sino lo que somos. Pero ¿qué somos? En este punto la conciencia del ser se confabula con la imaginación -ese atalaya humano- para desvencijarnos de la (¿única?) posibilidad de respuesta. Aquí precisamente radica toda diferencia entre los dioses y nosotros. ¿Será que los dioses carecen de imaginación? Quizás en este punto encontremos cuál fue en realidad el pecado luciferino. Sin duda declaró Yo tambien soy el/lo que soy.

Otra semana comienza, otro séquito de horas formadas espera la alevosía que nos conforma. Amén, así sea.

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